domingo, 8 de marzo de 2015

MINDFULNESS Y SEXUALIDAD

Escrito por: María Fernanda Valderrama
Edición: Shirly Cubillos



El concepto Mindfulness puede entenderse como atención plena o conciencia plena; alude a la capacidad de realizar conciencia del aquí y el ahora en el momento presente, dirigiendo íntegramente la atención a una situación específica actual; desde aspectos como el sentir, el pensar y el hacer; tomando conciencia de lo interno y lo externo.
Diversos autores han realizado la definición del concepto Mindfulness, apuntando a diversas características del mismo, como por ejemplo: “Prestar atención de un modo particular: a propósito, en el momento presente y sin establecer juicios de valor” (Jon Kabat‐Zinn, 1990).  “La observación no enjuiciadora de la continua corriente de estímulos internos y externos tal y como ellos surgen” (Baer, 2003). “Mindfulness captura una cualidad de la consciencia que se caracteriza por claridad y vividez de la experiencia y del funcionamiento actual en contraste con estados de menor conciencia, menos despiertos, del funcionamiento automático o habitual que puede ser crónico para muchas personas” (Brown y Ryan, 2003). “Es una capacidad humana universal y básica, que consiste en la posibilidad de ser conscientes de los contenidos de la mente momento a momento” (Simón, 2007).
Si bien la aplicación de Mindfulness en la terapia sexual se puede catalogar como novedosa e insipiente, no se pueden negar los aportes que realiza en la práctica cotidiana, clínica y en el uso interventivo en ciertas problemáticas sexuales; aportes que son demostrados con evidencia empírica en la terapia sexual cognitivo – conductual. Esta evidencia por ahora se cimienta en estudios e investigaciones de caso único, con proyección a investigaciones con poblaciones más amplias.
Los resultados de investigaciones de caso como la de Rodrigo Jarpa en 2011, con aplicación en la disfunción eréctil; demuestra eficacia y efectividad en el proceso interventivo, el resultado del uso de Mindfulness en la terapia sexual fue acorde con los objetivos terapéuticos y expectativas de los consultantes; además de la satisfacción verbalizada luego de 5 meses de terminada la terapia, tiempo en el que no reapareció la problemática.
El uso de Mindfulness en la terapia sexual es útil ya que puede efectuarse en pareja o en solitario de acuerdo a el objetivo del ejercicio y si se cuenta con el apoyo de la pareja en terapia. Su práctica continua procura aprendizajes más allá del contexto sexual, ya que apunta a que su uso no solo se refiera a una problemática o diagnostico; sino que en congruencia con su objetivo, el Mindfulness brinda mejora en la calidad de vida de quien lo practica; esto involucra, que su aprendizaje puede ser en aras de mejorar la atención y la concentración, de avivar todos los sentidos, del disfrute, de la tolerancia al malestar y del deleite del presente sin juicios, sin expectativas, sin creencias, sin incertidumbre y sin sentimientos de culpa.
Técnicas vinculadas a la consciencia plena, pueden implementarse y desarrollarse dentro de la terapia sexual donde a los consultantes se les brindan herramientas de Mindfulness a través de información teórica y ejercicios prácticos en las sesiones y entre éstas. Uno de los grandes logros con la práctica de Mindfulness, es que se consigue generalizar su aprendizaje en las diferentes áreas de ajuste del consultante y de este modo que las posibles réplicas de la problemática han de ser sorteadas con mayor facilidad, es decir, la próxima vez que ocurra una situación insatisfactoria la persona contara con las herramientas necesarias y efectivas para actuar ante dicha situación de manera más eficaz y autocompasiva.
La congruencia con la introducción de la práctica de Mindfulness dentro de la terapia sexual se enfoca en que las disfunciones sexuales están relacionadas en gran medida a distracciones, juicios, ansiedad, inhibiciones, autocríticas respecto a la ejecución y a la falta de atención los estímulos sexuales (Barlow, 1986). De ello resultan auto exigencias que apuntan más a la cantidad, a la genitalidad y estereotipos sociales que a la calidad, al sentir, al goce y el erotismo.
Para concluir la práctica continua de Mindfulness es una invitación al sentir y al asentir la vida en  presente con aceptación de la realidad tal cual es, se trata de saborear cada instante, de brindarle la importancia a cada sensación y de no huir del ahora.
En la próxima publicación les contare como pueden integrar el Mindfulness en sus vidas…
Referencias
Baer, R. (2003). Mindfulness training as a clinical intervention: A conceptual and empirical review. Clinical Psychology: Science and Practice, 10(2), 125‐143.
Barlow, D. (1986). Causes of sexual dysfunction: The role of anxiety and cognitive interference. Journal of Consulting and Clinical Psychology,(54), 140-148.
Brown, K., y Ryan, R. M. (2003). The benefits of being present: Mindfulness and its role in psychological well‐being. Journal of Personality and Social Psychology, 84(4), 822‐848.
Jarpa, R. (2001). Integración de la técnica de Mindfulness en la terapia sexual cognitivo             conductual. Universidad de los Andes, Chile.
Kabat‐Zinn, J. (2004). Vivir con Plenitud las Crisis. Cómo utilizar la sabiduría del cuerpo y de la mente para afrontar el estrés, el dolor y la enfermedad.

Parra, M., Montañés, J., Montañés, M y Bartolomé, R. (2012). Conociendo Mindfulness. Revista de la Facultad de Educación de Albacete,(27), 29-46.

Simón, V. (2007). Mindfulness y Neurobiología. Revista de Psicoterapia, XVII,(66‐67), 5‐30.

1 comentario:

  1. Shirly gracias por tu apoyo incondicional y sugerencias para que este espacio siga mejorando cada día!

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